Ciudad centroeuropea, que siempre ha sido cruce de pueblos, bañada por el mar y enmarcada por las montañas kársticas, se caracteriza por la mezcla de culturas a las que perteneció: austrohúngara, eslava, italiana. Con su refinada belleza ha encantado a intelectuales del calibre de James Joyce, y hoy acoge culturas de todo el mundo gracias a la presencia de Sissa, la Escuela Internacional de Estudios Avanzados.

Tomando un vuelo de Barcelona a Trieste podrás admirar una impresionante puesta de sol sobre el mar desde la magnífica Piazza Unità, disfrutar de un café sentado en la mesa de un bar histórico, caminar por el pintoresco Gran Canal, caminar por el Lido de Barcola para visitar las elegantes habitaciones del Castillo de Miramar. Puedes elegir entre ir a la playa a nadar o al Karst a buscar Osmize, trattorias familiares donde los agricultores preparan comidas tradicionales y ofrecen vinos de producción propia. A continuación se detallan las cosas que no debes perderte en un viaje a Trieste.

QUÉ VER EN TRIESTE

- PIAZZA UNITÀ. Es una de las maravillas de Trieste, una espléndida plaza con vistas al mar y enmarcada por edificios de época como el Palazzo della Luogotenenza, antigua sede de la prefectura de los Habsburgo, el Palazzo Stratta, a cuyos pies se encuentra el famoso Caffè degli Specchi, el municipio del Palazzo Model, el Palazzo Pitteri, el Palazzo Vanoli y el Palazzo della Regione. En el centro se encuentra la Fuente de los Cuatro Continentes, es decir, los conocidos en el momento de su construcción en 1754: Europa, Asia, África y América. Frente a Piazza Unità se encuentra el muelle de Audace, que toma su nombre del barco que atracó al final de la Primera Guerra Mundial cuando se decretó la anexión a Italia. - CANAL GRANDE. Pintoresco rincón en el corazón de la ciudad, el canal era la antigua vía fluvial para el tránsito de mercancías y está coronado por el Puente Rojo, sobre el que se alza una estatua de James Joyce. Las orillas del canal están bordeadas por edificios históricos, plazas e iglesias como el Palazzo Gopcevich, el Palazzo Carciotti, el templo de San Spiridione, la iglesia de Sant'Antonio Taumaturgo y las plazas Ponterosso y Sant'Antonio. - CASTILLO DE MIRAMAR. El espléndido palacio junto al mar, caracterizado por elementos góticos, renacentistas y medievales, tiene una historia particular. Fue construido por Maximiliano de Habsburgo como residencia para vivir con su esposa Carlota de Bélgica, pero nunca se utilizó porque Maximiliano murió en México y Carlota prefirió vivir en el cercano Castelletto antes de regresar a su tierra natal. Los apartamentos que iban a acoger a los novios se encuentran en la planta baja, mientras que los de los invitados se encuentran en la primera planta. El inmenso parque del castillo es uno de los lugares favoritos de Trieste para realizar actividades al aire libre o simplemente pasear. - CATEDRAL DE SAN GIUSTO. Iglesia del siglo XIV creada a partir de la fusión de las iglesias de Santa María y la de San Giusto, es el edificio religioso católico más importante de Trieste y está situada en un promontorio que domina la ciudad. La fachada se caracteriza por un gran rosetón de estilo gótico, mientras que en el interior hay cinco naves decoradas con frescos de artistas de la escuela veneciana. Entre las reliquias conservadas en el Museo del Tesoro se encuentra también la alabarda de San Sergio, traída aquí por los primeros cruzados. También en la colina de San Giusto se puede visitar el castillo, construido en 1382 por los emperadores de Austria para proteger la ciudad y proporcionar alojamiento al capitán imperial. - EL TRANVÍA DE OPICINA. Una de las experiencias más sugestivas que puedes vivir en un viaje a Trieste es, sin duda, tomar el tranvía que lleva desde hace 110 años hasta la estación de Opicina, subiendo las alturas kársticas hasta 348 metros con un panorama espectacular. Si bajas antes de la terminal y decides recorrer a pie los últimos tramos de subida, podrás refrescarte en una de las muchas Osmize, las trattorias familiares que sirven vino de producción propia acompañado de platos locales. ¡Otra experiencia que no te puedes perder!

CUANDO IR A TRIESTE

Cualquier época es buena para reservar un vuelo de Barcelona a Trieste. Los mejores meses por el clima son los de abril a noviembre, pero el invierno también tiene su encanto. Podrás experimentar el Bora, el viento que sopla a más de 90 km/h, que barre las nubes del cielo y deja un cielo muy despejado en los días siguientes. Y si el frío es especialmente intenso podrás refugiarte en alguna de las tabernas clásicas y refrescarte con platos típicos como el bocadillo de cocido en costra, acompañado de una buena copa de Merlot.

¿A qué esperas? Ven a descubrir esta magnífica ciudad. ¡Reserva hoy tu vuelo en ITA Airways de Barcelona a Trieste!